
Insatisfacción
¿Cuánto dura la alegría de “haberlo conseguido?
Sea lo que sea que dure,
Un momento de ”felicidad”, placer, arrogancia,
llena de “lo tengo”.
Y luego ¿qué?
Ese vacío vuelve de nuevo, como un monstruo
en una cueva llena de sombras acechando en las esquinas.
Y ahora, ¿qué?
Miro ese monstruo:
“ahora te veo, siempre estás ahí, ¿siempre estarás ahí?”
Vacía de saber que, aún teniéndolo, no tengo nada.
Respiro, esto es lo único que tengo,
respiración consciente, suspiros,
nada más.
Es como vivir construyendo castillo en la arena,
siempre vuelve la marea.
Y mi castillo está ahí, es un montón de arena,
simplemente arena,
que no deja huella.
Nada,
siempre regreso a este punto,
en el que el vacio es nada,
la nada es el vacío.
El que no se puede llenar de nada conocido.
Y de tanto mirar ese vacío pienso:
“menos mal que estás ahí”.
Al final es lo único que permanece,
que siempre sabe igual,
Que siempre se siente igual
Intento permanecer en ese vacío, dejar de buscar,
Descansando en este lugar tan familiar,
Respirando,
generando vacío cada vez que espiro,
o, llenándome de cada vez que inspiro.
Lleno o vacío, que viene a ser lo mismo.
Nada más.